Una mirada contemplativa sobre la vejez al interior de los asilos de ancianos: Una cámara retrata la vida y momentos que enfrentan abuelos en esta última etapa, en un ambiente de abandono y soledad. Estos hogares y su eterno paso del tiempo, se convierten en la última estación de la vida, antes de emprender el viaje inevitable hacia la muerte.
En sus 90 minutos la película hila estas situaciones, que los directores lograron establecer en un período de grabación de alrededor de 5 años. Un largo y dedicado rodaje que explica los hilos narrativos que se conforman. Esto queda claro en la historia que es la columna vertical del documental: la de Morena, una anciana que apenas camina, escucha y ve. Ahí llega su hija a dejarla, ahí también están junto a ella un par de compañeras de asilo que la miran con compasión al verla sola y abandonada, transformándose en un espejo horrible de ellas mismas. Ahí se ve su decadencia, su camino irremediable hacia la muerte.
Por este film los autores han recibido reconocimientos como Premio del Público en FIDOCS y el Gran Premio del Festival de Pärnu en Estonia, en un recorrido que incluyó importantes certámenes internacionales.