Weronika vive en Varsovia y tiene por delante una brillante carrera como cantante, pero padece una grave enfermedad cardíaca. En Francia, a más de mil kilómetros, vive Véronique, una joven físicamente idéntica que guarda muchas similitudes vitales con ella, como su enfermedad y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas.
Filme complejo, que significó el comienzo de una segunda vida profesional en Francia para el director polaco. Kieslowski, que no dominaba ningún idioma extranjero, y mucho menos el francés, no tuvo problemas para adaptarse a un sistema de producción y un país en el que se sentía tan cómodo como si hubiese nacido allí mismo. Tal vez, la cálida acogida en Francia tuvo su repercusión en la elaboración del guión de La Doble Vida de Verónica, con la idea sobre el mito del Döppelganger, o la existencia del doble. Según dicha leyenda, ver al doble puede resultar fatídico para una de las dos identidades.
Kieslowski se rodeó de sus más fieles colaboradores: su habitual co-guionista Krzysztof Piesiewicz –quien solía aportar las primeras ideas-, y del compositor Zbigniew Preisner.
La película obtuvo en el Festival de Cine de Cannes el premio a la mejor actriz (Irène Jacob), el Premio FIPRESCI y el Premio del jurado Ecuménico.