La historia de Una mujer de Paris se centra en la joven Marie Saint Clair y su novio, Jean Millet, habitantes de una aldea francesa que desean trasladarse a Paris para casarse. El día en que tienen prevista la partida, el padre de él enferma y no puede acudir a la estación de tren; sin que ella conozca los motivos de su ausencia parte a París sin su prometido. Un año después, ella se ha convertido en la amante de un hombre rico, Pierre Revel. Un día es invitada a una fiesta, pero se equivoca de dirección y se topa con Jean, que es pintor, y éste le pide pintarle un retrato, momento en el que le contará que su padre murió impidiéndole emprender el viaje y le confesará su amor por ella.
Dotada de algunas memorables elipsis, la cinta cuenta con exquisitos hallazgos visuales que apoyan la expresividad de los elementos más tradicionales del género, llevándolos a una altura pocas veces superada. La ausencia de Chaplin en la pantalla, y que fuera su primer filme “serio”, según sus propias palabras, explica su fracaso económico. Solamente aparece un breve momento (interpreta a un mensajero al que no se ve el rostro). La película está protagonizada por la estrella de oro de Chaplin por entonces, la joven Edna Purviance. Una mujer de París fue el último filme que hizo para Chaplin.