Segunda mitad del año 1945. En las ruinas de Berlín varios protagonistas intentan superar el horrible pasado, rehacer sus vidas y seguir adelante; cada uno a su manera. Son almas rotas en una ciudad destruida. El depresivo cirujano Dr. Mertens busca alivio en el alcohol para mitigar las pesadillas causadas por los desastres de la guerra. Conoce a la joven Susanne Wallner, que, a pesar del terrible sufrimiento, que ella también soporta, desea transmitirle sus ganas de vivir. Entonces, por casualidad, se encuentra con su antiguo capitán y superior en la guerra. Se da cuenta de que “los asesinos están entre nosotros”.
La cinta constituye un hito histórico en el cine germano ya que fue la primera producción cinematográfica alemana realizada después de la Segunda Guerra Mundial. Rodada en las ruinas de Berlín, bajo la tutela de la administración militar soviética, deja impacto en el espectador debido al realismo de los “decorados” y la excelente fotografía. Es un acercamiento a la complejidad de la resignación, la culpa, la justicia y el oportunismo. El director no solo reflexiona sobre la historia alemana reciente sino también sobre su propio pasado, ya que Staudte participó como actor en la película propagandística nazi Jud Süß (de Veit Harlans, 1940). Sin embargo, los nacionalsocialistas habían prohibido una película suya (Der Mann, dem man den Namen stahl, 1944).
Rodada en un paisaje urbano completamente mutilado por los bombardeos y las batallas, sentó las bases de un género propio del cine alemán de la segunda mitad de los años 40 (tanto en el este como en oeste): las películas de ruinas (Trümmerfilme). La cinta es una dolorosa reflexión sobre la historia alemana reciente y un retrato de la difícil situación en tiempos de la posguerra.