Tercer capítulo de la serie documental Rincones y nostalgias de Pamplona, rodada íntegramente en la capital navarra. La película recorre lo que los historiadores llaman “La Ciudad”, es decir, la Iruña primitiva, de la mano de Maiken Beitia, que establece un diálogo con el narrador marcando así el hilo conductor del filme. En este recorrido se ven rincones desconocidos para muchos y se contempla desde una visión histórica el devenir de los tiempos y la cristalización en la Pamplona de hoy. La cinta también recoge, en función del contexto de las secuencias, parte de la historia filmográfica de la ciudad, como la visita del Rey Alfonso XIII a Pamplona en 1912.
La obra de este cineasta navarro especializado en documentales fue donada por su familia al Gobierno de Navarra y está depositada en Filmoteca de Navarra.