El otro

En el verano de 1935, los gemelos idénticos, de 10 años, Holland y Niles Perry disfrutan jugando en la granja familiar de Connecticut en la que ya han sucedido varias desgracias. En ausencia del padre muerto y la madre enferma de melancolía, Ada, su abuela rusa (babushka) es quien tiene una relación especialmente estrecha con Niles. Ada le ha enseñado a proyectarse mentalmente en criaturas vivientes, una habilidad que llaman "el gran juego".

La mirada de Mulligan es siempre precisa, algo que corrobora su enorme talento como director. El Otro es una obra de genio dentro de las características del género de terror psicológico. Al igual que sucede con La Noche del Cazador (1955) de Charles Laughton, su vinculación con las reglas del cine de género es más bien teóricaya que transmite la sensación de estar situado muy por encima de todo lo que ese tipo de cine ofrecía hasta entonces. El espacio abierto contrasta, violentamente, con la disección psicológica que se llevará a cabo posteriormente de los hermanos y la relación atávica que mantienen con los elementos naturales gracias al "gran juego" que su abuela les enseña. El trabajo interpretativo está en las miradas, los movimientos concretos, los tonos de voz. Cabe destacar la sensacional interpretación de los dos niños, Chris y Martin Udvanorky (en su única película), y la sublime presencia de Uta Hagen, que modula el tono de voz con una maestría asombrosa. El otro, poética, compleja y terrible, es una película merecedora de ser considerada como una de las grandes obras maestras del cine moderno.