Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el padre de Alicia Huberman, un espía nazi, es condenado por traición contra los Estados Unidos. Después del juicio, Alicia da una fiesta en la que aparece un apuesto desconocido llamado Devlin. Se trata de un agente de los servicios de Inteligencia que reclama su colaboración para atrapar a Alexander Sebastian, el cerebro de los nazis en Brasil. Al principio se muestra reacia, pero finalmente accede, sobre todo, porque se ha enamorado del atractivo agente americano. Una vez en Brasil, Alicia se gana la simpatía de Sebastian y se va a vivir a su casa. Pero su implicación en el asunto acaba poniendo en peligro su vida.
Encadenados, novena producción de la época norteamericana de Hitchcock, supuso un espaldarazo definitivo para su asentamiento en Hollywood y le situó entre sus directores más solventes, tanto artística como comercialmente. Partiendo de un guión original escrito por el hábil Ben Hecht, Hitchcock se afana en llevar a la pantalla una historia con unas connotaciones políticas que la hacen alejarse de sus referentes habituales, aun cuando tal componente política venga a confluir con otras dos vertientes temáticas, la del drama amoroso y la de la intriga criminal. El estado de gracia en que se encontraron los dos actores principales, secundados por el no menos efectivo Claude Rains, contribuyeron a configurar una de las más alabadas obras de la filmografía hitchcockiana, imprescindible para conocer mejor la maestría del cineasta británico.