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El último refugio, cinta protagonizada por Ida Lupino y Humphrey Bogart, en un papel que supondría la consagración de una de las estrellas del panorama cinematográfico de la época.

  Raoul Walsh, actor de juventud y director de más de cien títulos, es sin duda uno de los nombres más relevantes del Hollywood clásico. Películas como La gran jornada, Los violentos años veinte o Murieron con las botas puestas lo encumbraron como uno de los maestros del cine de género y la narrativa; como un cineasta artesano absolutamente dotado para el trabajo con la posición y la distancia en el encuadre cinematográfico.

En El último refugio, Walsh ofrece una de sus obras más inspiradas, un relato romántico y oscuro sobre un mundo y unos personajes en extinción, de la mano de un gánster destinado a correr hacía la muerte, como afirma en el film uno de los personajes, y de una joven que trata de escapar a cualquier precio de su vida pasada. 

Amparada en las grandes interpretaciones de Lupino y Bogart, con unos diálogos inolvidables, y rodada en un magnífico blanco y negro, la película supuso un auténtico hito del cine negro, ejerciendo de transición entre los clásicos de los años 30 y los films que estarían por llegar a partir de ese momento