Cine y Filosofía

Aunque, a decir verdad, el cine nació prácticamente al mismo tiempo que la filosofía. Como todo el mundo sabe (o debería saber), fue un invento de Platón. ¿Qué es el Mito de la Caverna más que una sala de cine, donde se están proyectando unas imágenes al fondo de la misma, gracias a una fuente luminosa y, ¡atención!, sonido incorporado?

Bromas aparte, inauguramos este mes un ciclo que esperamos pueda permanecer en el tiempo y que llevará este escueto título: “Cine y Filosofía”. La novedad que presentamos es doble: por un lado, cada temporada trabajaremos sobre un tema (o mejor dicho, una Idea, un concepto), alrededor del cual se proyectarán varias películas y, por otro (como no podía ser de otro modo), tras la proyección se abrirá un debate con el público asistente, donde se intentará profundizar en el tema elegido. Al fin y al cabo, la Filosofía pretende precisamente eso, entender el mundo en el que vivimos, mediante el uso de una serie de criterios racionales y, a ser posible, haciendo uso del diálogo.

Filosofía y Cine… Es un lugar común caracterizar al ser humano como un animal racional y eso es lo que ha afirmado la filosofía, casi con vehemencia, a lo largo de su historia. Pero hoy sabemos que el ser humano, más que un ser racional, es un ser pasional. Spinoza lo afirmó categóricamente: el deseo es la esencia misma del ser humano. Y pocas cosas hay que despierten mejor las pasiones que una buena película: miedo, risa, compasión, empatía, terror, inquietud, deseo, dolor, suspense, angustia, tristeza, alegría… no hay emoción que no pueda ser despertada en la oscuridad de la sala de cine. En resumen, no hay mejor combinación posible que la de Cine y Filosofía, pasión y razón (aunque hay veces en que la filosofía será profundamente pasional y el cine será todo un ejercicio racional).

En esta primera edición del Ciclo hemos decidido reflexionar sobre uno de los conceptos más importantes y más controvertidos para el ser humano: la Libertad. Y para ilustrarlo hemos elegido tres películas que nos presentan muchos y diversos matices del mismo. En primer lugar, Esta tierra es mía, (1943), una película de Jean Renoir filmada en plena Guerra Mundial, que pone en primer plano el tema que nos ocupa, cuando las tropas alemanas invaden un anónimo país europeo y sus habitantes empiezan a ver limitadas sus libertades. No todos reaccionarán igual y Renoir toma partido claro por una postura que Charles Laughton interpreta magistralmente. Tendremos luego El show de Truman (1998), donde Peter Weir, ayudado por un magistral Jim Carrey, nos conduce a través de una apasionante (a la vez que turbia) toma de conciencia que pone en primer plano la idea de Libertad. Para terminar, Sophie Scholl. Los últimos días (2005), una película de Marc Rothemund, que pone el foco en la lucha real de un grupo de jóvenes alemanes en su intento por acabar con el régimen nazi allá por 1943.

Libertad, en resumen, en un periodo en el que, con demasiada frecuencia, el uso de este término se hace de una manera sesgada, interesada e incluso torticera, no sabemos si por ignorancia o por cosas peores. Quizá el Cine pueda ayudarnos a entender un poco mejor lo que es la Libertad y así no caer en manos de grupos que, llenándose la boca con esa palabra, sólo quieran anular precisamente esa libertad que deberíamos tener todas y todos. No olvidemos las palabras que recibían a los prisioneros de Autschwitz: Arbeit macht frei. El trabajo hace libre.